El tarot es un buen compañero en
el viaje de la vida, capaz de ayudarnos a ver el sendero adecuado para caminar
y aceptar todo lo que el destino nos depara o mejor dicho hemos venido a hacer
en esta vida.
Es un conjunto de 78 cartas, llamadas arcanos,
(arcano significa conocimiento secreto) divididos en Mayores y menores.
Los Menores, 56 cartas, los
símbolos de los arcanos menores son cuatro: oro, basto, espada y copa y cada
uno de ellos simbolizan los cuatro caminos que coexisten simultáneamente en la
actividad humana,con
predomino siempre de uno sobre los otros.
Si el oro es el camino del
conocimiento el basto es el de la voluntad, la espada es el de la acción y la copa es el del amor.
Los arcanos mayores representan
las vivencias interiores y las diferentes etapas de la evolución individual, que permite conocer y
comprender el para qué del camino individual; símbolos semejantes a los del
árbol de la vida de la Cábala.
Cuando disponemos de la Luz y la
Sabiduría que los Arcanos nos dan para que podamos ver las respuestas que están
dentro de nosotros y no vemos debido a nuestro miedo.
Los arcanos Mayores con 22
Cartas, que nos hablan de algo más que situaciones concretas, representa al Ser
Humano en su totalidad y la relación que tiene con el mundo, la naturaleza, el cosmos; los arcanos
mayores, nos hablan del individuo en su totalidad, conectando con su propia
individualidad, y como vive y se desenvuelve en la vida.
La imagen que vemos en cada una
de las cartas, son arquetipos, representación de partes de nosotros mismos.
Según Carl Jung "los
arquetipos representan fuerzas instintivas que operan de forma autónoma en la
profundidad de la psique humana".
Explorando estos arquetipos
podemos descubrir el arquetipo que nos está manipulando, y poder liberarlo y
sanarlo, convirtiendo su polaridad y hacerlo como herramienta y recurso
personal para llegar a nuestra propia individualidad.
El Tarot muestra lo que deseamos
y detestamos de nosotros mismos; nuestros mecanismos de defensa, miedos y
anhelos.
También representa cualidades
innatas en nosotros mismos y que podemos utilizar para alcanzar nuestros
objetivos y crecer de forma íntegra, y así llegar a la propia individualidad. A
partir de Aristóteles, que propone el causalismo, la negación es inútil, no
existe en sí misma.
Todo efecto tiene una causa y
cada efecto se convierte en causa de otro efecto, generando el cambio y el
desarrollo.
Cada Arcano nos habla de una
etapa de la vida, y sí de cada etapa somos capaces de aprender, podremos
evolucionar con equilibrio y amor.
Un abrazo de Luz Isabel
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