Una mañana, el Creador del Universo reunió a Sus doce
hijos para contarles algo sobre la vida. Pensaba que podría ayudarles a cada
uno de ellos en su camino, explicando un poco el trasfondo filosófico de su existencia.
Dijo: « Después de un período de meditación he llegado a
la conclusión de que sería bueno para vosotros estar fuera de casa durante un
tiempo. Así pues, venid uno por uno para recibir Mis consejos.»
El primero en acercarse fue Aries.
«Bien, Mi querido Aries, siempre ansioso por ser el
primero, tienes el honor de actuar como iniciador. Coge algunas de tus ideas y
propágalas entre la gente para que las juzguen, porque si eres listo ya te
habrás dirigido hacia otros horizontes para señalar allí la fecha de un nuevo
comienzo. Si desarrollas sabiduría, siempre sabrás adaptarte a las condiciones
prevalecientes y fomentar el crecimiento. Así pues, Mi consejo es que andes por
la vida con espontaneidad y coraje. ¡Buena suerte!»
Aries se fue a una agencia de viajes, compró un ticket
para Australia, y se marchó.
El próximo en acercarse fue Tauro.
«Mi querido Tauro, ¿por qué no haces uso de las ideas de
tu hermano? Tú sabes mejor que nadie cómo darles forma. Sigue así, porque
merece la pena, ya que posees más fortaleza de la que te imaginas. Si te
permites perder el tiempo con trivialidades, experimentarás muchas crisis y
vagarás en el valle profundo de la separación. Tan solo sé creativo y trabaja
la tierra. Las cosas agradables en la vida, que son tan importante para ti,
vendrán por sí solas. Vuélvete un maestro de eso, y sé paciente. Ese es Mi
consejo.»
Tauro se compró una casa bonita y se dedicó al cultivo de
aguacates.
Entonces, el Señor se dirigió a Géminis.
«Querido Géminis, probablemente ya te has dado cuenta de
que tienes muchas preguntas, pero pocas respuestas. Lo mejor para ti es mostrar
comprensión por todo lo que está ocurriendo a tu alrededor. Nunca serás capaz
de llegar al fondo de todo; por eso deberías aprender el arte de dejar que las
cosas sigan su curso, porque entonces encontrarás las respuestas y el regalo
del conocimiento. Este es Mi consejo para ti.»
Géminis se fue a la universidad más cercana y se
matriculó en ciencias de la comunicación.
Se acercó Cáncer.
«Pues bien, Mi querido Cáncer, ¿cómo te sientes? ¿Como si
quisieras reírte, o como si quisieras llorar? No importa, porque es tu deber
mostrar tus sentimientos al mundo, y ambos sentimientos forman parte de la
realidad. No importa si haces a la gente feliz o triste —en cualquier caso les
ayudas en el enriquecimiento de sus almas. Sólo tienes que asegurarte que sabes
a dónde perteneces. Si sigues este consejo, te sentirás cómodo al lado de tus
seres queridos.»
Cáncer fue elegido presidente de una organización
benéfica y fundó una familia numerosa.
Con una expresión de orgullo sobre su rostro, Leo
apareció.
«¡Oh Leo Mío!, probablemente tendrías la capacidad de
mostrar al mundo entero la belleza de la creación, si no fuera por tu tendencia
a enredarte en patrones complicados de comportamiento. Siempre debes recordar
que la creación no saltó de tu mesa de dibujo. Si encontrases una comprensión
simple de tu entorno, nada podrá obstaculizar una existencia honrada. Ése es mi
consejo para ti.»
Leo llegó a ser jefe de una empresa de música y moda, y
cada sábado le pulieron sus siete limusinas de lujo.
Ahora llegó el turno a Virgo.
«Y en lo que concierne a ti, estimado Virgo, te gusta
tanto el comprobar y analizar que no puedes evitar de mirar más de cerca todo
lo que hace el hombre en este mundo. Investiga sus formas de actuar hasta el
último detalle, y haz una lista de sus errores para que puedas comprender mejor
todos los aspectos de la creación. Por lo tanto, Mi consejo más importante para
ti es que aprendas a ser tolerante, aprendiendo a conocer los diferentes tipos
de gente que habitan este planeta.»
Virgo llegó a ser cabeza de la firma más grande de
auditores en su ciudad, y se dedicó plenamente a cada detalle de esta tarea.
El siguiente fue Libra.
«Tú, honorable Libra, verás que no existe demasiada
armonía entre los seres humanos. Deberías servir al hombre recordándole los
deberes hacia su prójimo. La cooperación y la coexistencia deberían ser tus
guías diplomáticas. Enseña a la gente a no mirar lo que están haciendo desde un
punto de vista egoísta. En el transcurso de tu viaje te encontrarás allá
dondequiera que se haya perturbado el equilibrio. Trabajando duro encontrarás
la armonía. Ése es mi consejo.»
Libra compró un bono para la ópera y llegó a ser un
observador neutral para las Naciones Unidas.
Cautelosamente Escorpio emergió.
«Buenos días, Mi querido Escorpio, deja tu aguijón
dentro; nadie te va a hacer daño. Ya sé que no será fácil para ti tener
confianza, porque puedes intuir lo que piensan los demás. A menudo sufrirás a
causa de lo que ves, sin tener la oportunidad de hablar sobre lo que te está
causando dolor. Cuando observas la tendencia hacia los instintos animales en tu
prójimo, tendrás que arreglártelas con estas tendencias dentro de ti mismo. Mi
consejo es que no te identifiques con todo el sufrimiento que encuentras. Ayuda
a la humanidad a comprender la naturaleza efímera del ciclo de la vida.»
Escorpio abrió un centro espiritual especializado en el
renacimiento bajo agua.
El próximo en acercarse fue el ágil Sagitario.
«Hola, Mi amigo Sagitario, si ya estás listo, márchate y
muestra a la humanidad que existe algo más allá de la existencia material. Haz
a la gente reír para que no se vuelvan unos amargados, y hazles comprender el
arte de la cooperación. Mi consejo a ti es que guardes tu lengua para no
robarle a la humanidad las pocas chispas restantes de esperanza. Márchate
ahora, ya que te espera un largo viaje.»
Sagitario fue a la próxima estación de ferrocarril y
compró una ticket para el Transiberiano. Más tarde, alguien le vio entre la
gente, investigando culturas remotas en el Himalaya.
El turno llegó a Capricornio.
«Digno Capricornio, Me agrada ver que has hecho algún
arreglo para liberarte de las cargas pesadas de tu rutina diaria y venir hasta
aquí. Las cosas no van a ser fáciles para ti, porque sientes que una gran parte
de la responsabilidad para la humanidad recae sobre tus hombros. Muestra a la
gente cómo pueden ser útiles. Pero ten cuidado, ¡nadie es perfecto! Por lo
tanto, te aconsejo llegar a la comprensión de que tu meta es la integridad
personal, no la perfección. Ahora, regresa rápidamente a tu puesto, la gente ya
te está esperando.»
Capricornio ascendió al cargo de director general del
sistema nacional de ferrocarriles y llegó a la meta de la Maratón de Nueva York como numeró 2.667 de
los 25.000 competidores.
Impacientemente Acuario apareció.
«Gracias por venir, Acuario. Probablemente pensabas:
"¿Qué quiere de mí esta vez?". Tienes una fuerte necesidad de
sentirte libre, pero, ¿para qué te sirve, si la gente de tu alrededor no lo
comprende? Como sabes algo sobre lo que vendrá en el futuro, deberías contar a
la gente cómo verlo para que ellos puedan llegar a conocer otros modos de vida.
Guarda tu ego, porque de lo contrario, podrías experimentar el dolor de la
soledad. Serás libre si ayudas a la humanidad cuando y adondequiera que te
necesite. Éste es Mi consejo para ti.»
Acuario se sentó delante de su ordenador y desarrolló un
programa para ayudar a impedir el fin del mundo.
Finalmente el Creador habló a Piscis.
«Mi querido Piscis, no te resulta nada fácil vivir en
este mundo, porque tus delicados sensores acceden a las preocupaciones de los
demás. Si, por lo menos, no fuera tan difícil para ti distanciarte de la causa
de estas preocupaciones. Además, a menudo piensas que tú mismo eres la causa.
No límites tu creatividad por convertir los problemas triviales de los demás en
los tuyos. Tienes otras cosas que hacer. ¡Ponte en onda! Nada en contra de tus
sentimientos de compasión, pero eso no quiere decir que tú también tengas que
sufrir, ¿verdad? Así pues, Mi consejo es que vayas y utilices toda tu fuerza
interior para expresar tu pensamiento universal.»
Piscis fue a Hollywood y se convirtió en una estrella del
cine melodramático.
Después de que todos se habían marchado a los cuatro
vientos, el Señor del universo se sentó y pensó sobre el destino de Sus hijos
en el gran mundo. Decidió volver a Su labor de mantener el universo funcionando
como un reloj, mientras esperaba la vuelta a casa de Sus queridos hijos.
Entre tanto, los niños se ocuparon con sus diversas
empresas, pero cada uno de ellos se estaba preguntando cómo le iba a sus
hermanos. Ninguno de ellos se sentía plenamente feliz, porque se echaron de
menos el uno al otro. Después de algún tiempo, su Padre les invitó a otra
reunión. Una vez más todos se reunieron ante Él para escuchar Sus sabias
palabras.
«Mis queridos hijos, os he observado tratando de seguir
el consejo que di a cada uno de vosotros. Algunos de vosotros lo habéis
realizado bastante bien, mientras que para otros no ha sido nada fácil. Pues,
pienso que lo mejor es que os unáis y trabajéis juntos para el bien de la
humanidad.»
Así habló el Creador...
Un abrazo de Luz
Isabel Cutillas
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